Estad siempre gozosos: vuestra alegría en Dios sea permanente.
Orad sin cesar: esto es fruto de estar siempre gozosos en el Señor.
Dad gracias en todo: esto es fruto de los dos anteriores.
En esto consiste la perfección cristiana. No es posible avanzar más,
pero tampoco debemos conformarnos con menos.
Nuestro Señor compró gozo y justificación para nosotros,
y el propósito del evangelio es que, habiendo sido liberados de culpa,
seamos felices en el amor de Cristo.
Todo ser vivo necesita oxígeno para continuar con vida. Haciendo una
comparación podemos decir que la oración es lo que da oxígeno a
nuestra vida espiritual. En la medida en que verdaderamente gozamos
de la presencia de Dios, así también, sin cesar, oramos y damos gracias; de otro modo
nuestro gozo no es más que una ficción. La acción de gracias es inseparable de
la oración; ambas están íntimamente relacionadas.
El cristiano que ora permanentemente, siempre alaba a Dios, en tiempo de dolor o de alivio, de prosperidad o de gran adversidad.
El creyente bendice a Dios por todo pues considera que todo viene de él
y por amor a él lo acepta. Ninguna cosa escoge o rechaza, le gusta o disgusta,
sino únicamente en la medida en que se adapte o no a la perfecta voluntad de Dios.
Orad sin cesar: esto es fruto de estar siempre gozosos en el Señor.
Dad gracias en todo: esto es fruto de los dos anteriores.
En esto consiste la perfección cristiana. No es posible avanzar más,
pero tampoco debemos conformarnos con menos.
Nuestro Señor compró gozo y justificación para nosotros,
y el propósito del evangelio es que, habiendo sido liberados de culpa,
seamos felices en el amor de Cristo.
Todo ser vivo necesita oxígeno para continuar con vida. Haciendo una
comparación podemos decir que la oración es lo que da oxígeno a
nuestra vida espiritual. En la medida en que verdaderamente gozamos
de la presencia de Dios, así también, sin cesar, oramos y damos gracias; de otro modo
nuestro gozo no es más que una ficción. La acción de gracias es inseparable de
la oración; ambas están íntimamente relacionadas.
El cristiano que ora permanentemente, siempre alaba a Dios, en tiempo de dolor o de alivio, de prosperidad o de gran adversidad.
El creyente bendice a Dios por todo pues considera que todo viene de él
y por amor a él lo acepta. Ninguna cosa escoge o rechaza, le gusta o disgusta,
sino únicamente en la medida en que se adapte o no a la perfecta voluntad de Dios.