"Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, mas conforme al Espíritu". (Rom. 8:1)
Se me dice que algunas veces los que creen en Cristo pierden de vista la misericordia de Dios; que se ven de tal oscuridad rodeados que no pueden ver a Aquel que es invisible; que ya no sienten en si mismos el testimonio de ser participes de la sangre del sacrificio y que se creen interiormente condenandos; que tienen otra vez la sentencia de muerte sobre si; contesto que suponiendo que todo esto sea cierto, suponiendo que ya no sientan la misericordia de Dios, entonces no serán creyentes, porque la fe significa la luz: la luz divina que alumbra el alma. El que temporalmente pierde esa luz, pierde su fe. No cabe duda que un verdadero creyente en Cristo, puede perder la luz de la fe, y en tanto que la pierde, cae temporalmente en condenación. Pero éste no es el caso de los que ahora "están en Cristo Jesús", que creen en su nombre; porque mientras creen y andan conforme al Espíritu, ni Dios ni su corazón los condena.
(Extracto Sermón VIII)