He aquí las tres características de la sinceridad que es aceptable a los ojos de Dios:
(1) Debe producir fruto, frutos de justicia, santidad interior y exterior, y buen comportamiento, en obras y en palabras; todo ello tan abundantemente que debemos estar llenos de esos frutos.
(2) Las virtudes y la existencia misma de la rama y de los frutos dependen de Jesucristo, la raíz que los sostiene y sustenta.
(3) Como todo esto surge de la gracia de Cristo, tiene como consecuencia la gloria y alabanza de Dios.
(1) Debe producir fruto, frutos de justicia, santidad interior y exterior, y buen comportamiento, en obras y en palabras; todo ello tan abundantemente que debemos estar llenos de esos frutos.
(2) Las virtudes y la existencia misma de la rama y de los frutos dependen de Jesucristo, la raíz que los sostiene y sustenta.
(3) Como todo esto surge de la gracia de Cristo, tiene como consecuencia la gloria y alabanza de Dios.